Astrológicamente, Quirón simboliza un tipo de “herida” en el Signo y la Casa donde está posicionado en la carta astral. Abre talentos y habilidades para que la persona ayude a los demás, pero denota cierta dificultad para curar sus propias heridas.

Quirón puede considerarse su talón de Aquiles, donde hay expuesta una fragilidad y donde es necesaria una cura. Quirón también es el médico. Al mismo tiempo que nos muestra dónde hay fragilidad y dolor, revela la cura en el sentido de que, al tomar conciencia, puede curarse, buscar su propia medicina. La capacidad de resolver su dolor es mejor cuando se involucra, a partir de la toma de conciencia, con otras personas que tengan los mismos dolores y las cuide.

La influencia de Quirón puede indicar problemas, heridas que siempre están abiertas en una determinada área personal. Estas heridas pueden ser literalmente físicas o psicológicas, pero el hecho es que la persona puede tener más dificultades para curarlas. Sin embargo, Quirón también aporta habilidades para que la persona misma sea capaz de resolver problemas en la vida de los demás, pero tenga un poco más de dificultad para resolver los de su propia vida. La capacidad de superación llega precisamente cuando ayuda a otra persona a superar el mismo dolor. A medida que ayuda a los demás, puede encontrar una manera de curar sus problemas.

Por ejemplo, el individuo puede ser un gran maestro, muy bueno para ayudar y enseñar a sus alumnos, pero no es capaz de darse cuenta de su importancia o ayudarse a sí mismo con sus propias enseñanzas. Es decir, Quirón nos ayuda a ver y atender las necesidades de los demás, pero crea una barrera para cuidar las heridas abiertas que él indica. Brindar ayuda significa abrir el camino para sanar nuestras heridas. Algunos dicen que, en realidad, Quirón nos hace curar a otros para lograr nuestra propia cura.

El mito de Quirón

La idea de "cura" que lleva Quirón en su significado básico se basa en la mitología. Quirón sería un centauro que estuvo bajo la tutela de Apolo. El dios griego le enseñó a ser mitad hombre, mitad caballo, cosas que solo podría aprender en varias existencias. Así, Quirón se convirtió en maestro, médico, músico, filósofo... En fin, un verdadero sabio.

Cierto día, Quirón vio a otro Centauro herido por una flecha envenenada. Al tratar de ayudarlo, terminó cortándose y el veneno acabó en sus venas. La ironía es que Quirón usó todo el conocimiento que adquirió de Apolo para curar al otro Centauro, pero no pudo curarse a sí mismo. Para colmo, Apolo le había otorgado la inmortalidad a Quirón, es decir, el pobre Centauro sufriría por la eternidad a causa de la herida que nunca cicatrizaría y el veneno que corroía sus entrañas.

Para escapar de ese sufrimiento sin fin, Quirón hizo un pacto por la libertad de Prometeo, quien había robado el fuego de la humanidad y por eso estaba encarcelado. Cambiaría su inmortalidad para ver a Prometeo libre de nuevo. Así, finalmente murió y se convirtió en la constelación de Centauro.

Por todas estas razones, la posición de Quirón en la carta astral indica el campo donde la persona tiene algún tipo de habilidad, talento, pero no puede usarlos para sí mismo, solo para ayudar a otros. El consejo aquí es tratar siempre de actuar en el área de su influencia con energías positivas, utilizando sus habilidades en nombre de los necesitados. Después de todo, es dando que recibimos. De esa manera podemos lograr la cura que también necesitamos.