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El último cuarto de Luna: realineación, discernimiento, finalización
Cuando el Sol y la Luna están entre 270 y 315 grados
Modo luminoso
2 minutos de lectura
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La Luna Cuarto Menguante está iluminada a medias. La parte que aún recibe la luz del Sol está disminuyendo gradualmente, es decir, "menguando". Al igual que la Luna, debes emplear tus últimas energías para completar lo que sea que hayas realizado en la Luna Llena.
El ciclo lunar está llegando a su fin, lo que significa que es una fase de transición. Por lo tanto, debes sumergirte en tu interior y analizar lo que ha pasado, transformando el aprendizaje en experiencia.
Esta fase lunar te invita a crecer internamente y de alguna manera convertirte en una mejor persona. Es un período de introspección, donde tienes más discernimiento para comprender lo que necesitas absorber y lo que debes dejar atrás.
Siempre debemos hacernos responsables de nuestras acciones y logros, después de todo, cosechamos lo que sembramos. Ajusta lo que sea necesario, cambia lo que creas que debe cambiarse y prepárate para el nuevo ciclo que se acerca. Para lograrlo, no puedes dejar cabos sueltos: resuelve todas las cuestiones pendientes que puedas.
La Luna Cuarto Menguante inspira: crecimiento interno, transición, resolución de asuntos pendientes, logro de objetivos, ajustes y cambios.
Palabras clave: responsabilidad, realineación, integración, logro, discernimiento, conclusión.
Ángulo entre el Sol y la Luna: de 270 a 315 grados
Fase: Activa
La Luna Cuarto Menguante - La Séptima Fase Lunar
En esta fase, el ciclo lunar está llegando a su fin y con él surge una mayor necesidad de conclusión. No dejes que los asuntos sin resolver entorpezcan este momento de transición.
Es un buen momento para dejar ir de nuestra vida todo lo que es excesivo o que ya no nos hace falta. Es una fase propicia para cortar con adicciones, comenzar dietas o liberarnos del pasado, sea cual sea.
Cualquier cosa que obstaculice tu armonía necesita y debe ser descartada, solo así podrás aprovechar al máximo tus logros y experiencias.
No obstante, no descartes todos los resultados del ciclo, en realidad deben ser analizados y consolidados, para servir de base para el futuro. Es un momento de reflexión: decide qué hacer con lo que has logrado hasta ahora y realiza los ajustes necesarios para seguir adelante.
Recuerda que es una fase de finalización y transición, ¡pero también de reorientación! Si algo no encaja bien, cuestiónalo. Tu mente debe estar abierta a transformaciones y nuevas ideas. Cambiar conceptos antiguos y formas de actuar nunca es motivo de vergüenza, al contrario, es señal de madurez.
También es una fase propicia para concluir proyectos y objetivos, donde tendrás más ideas y creatividad para encontrar soluciones a asuntos pendientes o corregir fallos. Dado que tu conciencia está más activa, tu poder de concentración también estará más agudizado. Por lo tanto, aprovecha también para organizar tu vida o para iniciar estudios, investigaciones o proyectos personales como una reeducación alimentaria. Si deseas cambiar algún hábito, este es un buen momento. Es importante alejar cualquier pensamiento negativo de la mente durante esta fase para atraer más oportunidades de alcanzar tus objetivos.