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El Cuarto Creciente - Compromiso, Claridad, Dedicación
Cuando el Sol y la Luna están a 90 grados
Modo luminoso
1 minutos de lectura
¿Quiere saber cómo puede afectar esta información a su vida?
La Luna Cuarto Creciente es la tercera fase de la Luna y una de las cuatro fases principales. Es cuando el Sol ilumina solo la mitad de la Luna y comienza durante la creciente cuadratura de la Luna con el Sol, donde el ángulo inicial es de 90 grados. Es cuando la Luna se aleja cada vez más del Sol, aumentando la luminosidad en su lado oscuro.
Es una fase que tiene la posibilidad de traer tanto obstáculos como oportunidades para desarrollar nuestros proyectos, personales o profesionales. También trae una energía que servirá para mejorar nuestra concentración y enfrentar nuestros desafíos directamente. Es un momento en que nos sentiremos más apasionados, por lo tanto, es ideal para el romance. Dale fuerza a todo lo que deseas ver crecer en tu vida durante este período, ya que la energía de esta fase hace que tus esfuerzos tengan más probabilidades de dar buenos resultados. Lo ideal es dedicarse y mostrar compromiso con metas y objetivos, ya que esta es una etapa propicia para el desarrollo de planes.
Los días de la Luna Cuarto Creciente sirven para comprender y madurar tus deseos.
- La Luna Cuarto Creciente Inspira: comprensión mutua, momentos de prosperidad y alegría, continuación de nuevos proyectos.
- Palabras clave: innovación, creatividad, claridad, madurez, determinación, compromiso, dedicación.
- Fase: Activa
- Ángulo entre el Sol y la Luna: de 90 a 135 grados
Luna Cuarto Creciente - La Tercera Fase Lunar
La palabra que mejor define esta fase de la luna es determinación. Debemos luchar con resiliencia para concretar ideas y planes. Tus proyectos tienen más posibilidades de tomar forma y los obstáculos que surgen en el camino deben ser enfrentados, al igual que las oportunidades deben ser aprovechadas.
Es un buen momento para cambiar lo que sea necesario y abandonar lo que no está funcionando. Mantén el enfoque y ten en cuenta que, incluso si algo no sale bien, no debes rendirte. ¡Cambia tu enfoque y vuelve a intentarlo! Solo abandona un objetivo cuando notes que estás gastando energía en vano. Sin embargo, trata de no adentrarte en desafíos imposibles. En cambio, sigue tu corazón, pero mantén los pies en el suelo.