Las dignidades planetarias

En la naturaleza, cuando las cosas encuentran su lugar correcto y encajan, todo funciona en perfecta armonía. Lo mismo sucede en el mundo astrológico: Los planetas armonizan cuando están en sus lugares afines, que son los signos que los rigen. Cuanto más lejos de su signo regente, más se debilita el planeta.

Podemos decir que cuando un planeta está en el extremo opuesto de su casa, está exiliado. Si bien todavía está cerca de su signo de origen, el planeta puede tener energías más similares y trabajar más cómodamente.

Por ejemplo, tomemos a Venus en Piscis. Mientras que Venus es el símbolo del amor para sus nativos, Piscis es el símbolo del amor entre todos los individuos. Es decir, la armonía todavía existe aquí, ya que ambos hablan el mismo idioma. Uno es el amor que cada uno lleva dentro de sí y el otro es el amor universal, entre todos.

En Libra, Venus también sería armonioso, trayendo amor a las relaciones. En Tauro, Venus ya contribuiría a un fuerte amor carnal entre las personas.

Al alejarse más de su origen, comenzaría a deteriorarse el concepto de amor armónico. En Virgo ya habría dificultad para expresar este amor, apareciendo la razón y el análisis por encima del sentimiento. Pero en Escorpio, que sería el extremo opuesto a su casa de origen, Venus despierta cualidades aún menos altruistas. Puede fomentar el egoísmo, exacerbando el sexo, el amor propio y el deseo de controlar a los seres queridos.

Domicilio y Exilio son los términos para ilustrar estos opuestos, mientras que Exaltación y Caída ilustran el entorno de estos extremos. Mientras el planeta aún está cerca de tu casa, puede seguir amplificando virtudes, pero a medida que se aleja, favorece la caída de las virtudes de cada signo.

Pensemos en términos prácticos, haciendo una analogía con tu propio bienestar:

Por lo general, te sientes bien cuando duermes en tu propia cama en casa. Entonces podemos decir que está en su domicilio. Es el colmo del bienestar. Si necesita dormir afuera, pero en la casa de un pariente o amigo cercano, se sentirá bien, pero no tan cómodo como en casa. Por lo tanto, podemos decir que estarías en tu Exaltación.

Ahora, digamos que necesitas dormir en la casa de otro amigo, no tan íntima y sin mucha comodidad y seguridad. Podemos decir que estarías en tu ruina. Ahora, si necesitas dormir en un lugar que no te gusta, en el piso duro, totalmente incómodo, inseguro y sin sentirte bien, estarías en el exilio.

Y así es con los planetas. Se sienten incómodos fuera de casa. En su fase de exaltación, traen energías armoniosas y afines, aunque más débiles. A medida que cambian de lugar, se alejan más de su origen y el sentimiento de inseguridad abre la puerta a energías no tan parecidas, que en definitiva representan su exilio.

 

En su lugar de origen, el planeta genera una máxima influencia positiva en el signo, destacando y sacando lo mejor de él. Es el caso de Saturno en Capricornio, Marte en Escorpio, la Luna en Cáncer... Cuanto más alejado esté un planeta de su domicilio, el efecto es diferente.

Explicación de fortalezas y debilidades

Cada planeta tiene su signo regente, pero también tiene su signo especial, donde todavía se siente como en casa, con seguridad y armonía. Allí aún logra emanar su energía positiva, haciendo bien a las virtudes. Sigamos con Venus como ejemplo. Fuera de su hogar, el planeta favorito de Venus es Piscis. Como mencionamos anteriormente, Venus en Piscis trae buena energía, amplifica y resalta las virtudes del signo.

Sin embargo, cuando Venus pase por el opuesto de Piscis, que es Virgo, ocurrirá la caída, una especie de infierno astral donde las virtudes de los piscianos disminuirán, porque la energía de Venus se invertirá. Es visible el efecto del signo en los individuos, que se vuelven más vulnerables y sensibles.

 

Fundamentos de las Dignidades Planetarias

Aunque hay algunas dignidades más, nos centramos aquí en las más importantes, que aportan mayor influencia a los signos: Domicilio y Exaltación, así como sus extremos opuestos, Exilio y Caída, que como hemos visto representan las Debilidades Planetarias. Los antiguos ya habían descubierto que observando el cielo era posible establecer una relación entre los signos y los planetas.

El científico y astrónomo griego Claudio Ptolomeo verificó esta relación y la reportó en varios artículos: “La Luna, luego de su conjunción con el Sol, en su signo de exaltación (Aries) muestra su primera fase y comienza a aumentar en luz y así es tomando a Tauro como su exaltación y al signo opuesto (Escorpio) como su depresión".

El poeta y astrólogo romano Marcus Manilius escribió un libro sobre el tema, llamado Astronomicón. En la obra, Manilio da un signo a cada dios del Olimpo. Dice que cuando el planeta está alineado con su signo regente, es decir, en su casa de origen, no sufre otras influencias negativas, pudiendo ejercer todo su poder positivo y armonía sobre el signo.

Alchabitius, el matemático árabe que desarrolló un sistema de casas utilizado en la antigüedad hasta alrededor de 1500, también informó que un planeta que se siente cómodo en su casa natal "tiene autoridad y libertad de expresión". Alchabitius incluso describió la condición de los planetas en exaltación: "mando desde lo alto, con reyes". Quería decir que cuando el planeta está en exaltación es posible utilizar su energía positiva con gran poder.

Ya en la caída, que es lo contrario a la exaltación, el planeta recibe muchas interferencias, corrompiendo su energía, provocando rechazo y cambios de signo. En el exilio, que es cuando el planeta está en el lado opuesto de su casa natal (domicilio), pierde su fuerza. Si el planeta está sin ejercer ninguna debilidad o dignidad, se le llama Peregrino.