Luna en Aries en la Carta Natal

Una luna de emociones en ebullición constante. Tener la luna en Aries es como tener un fuego interno que solo aquellos que lo tienen pueden explicar. La sensación es que no pasa nada con la rapidez necesaria, son más impacientes y con emociones fervientes, quieren que las cosas sucedan “para ayer” y tienen una mayor dificultad para esperar que todo suceda en el momento adecuado de maduración. La tendencia es que sean más espontáneos, temperamentales e impetuosos. No les gusta sentirse atrapados, contenidos, por lo que siempre están tratando de encontrar cosas nuevas para mantenerse en movimiento y expresar sus sentimientos.

Todo lo que desean debe basarse en el ahora, porque si abren la heladera y falta leche, por ejemplo, ir al supermercado no puede esperar. A menudo, esta actitud de querer cosas rápidamente puede parecer un capricho, pero el punto es que los nativos tienden a vivir bajo esta aura de agitación emocional constante.

Puede haber un deseo inherente de aventura constante, donde para sentirse más emocionalmente cómodos, necesitan desafíos, novedades y cierto grado de tensión, nerviosismo y ansiedad, viviendo en un torrente de estímulos y competitividad por medio de un sentido de urgencia ampliado.

En la intimidad y en los momentos con las personas cercanas a ellos, a menudo pueden expresarse por medio de provocaciones, en especial en el entorno doméstico con un comportamiento que puede ser un poco más explosivo y que viene en oleadas. Para mantener el equilibrio de esta energía, lo ideal es manejar siempre los posibles impulsos de ira o resentimiento, tratando cuestiones como la irritabilidad o la impaciencia.

¿Por qué tanta prisa?

Aries es un signo del elemento del fuego y la calidad cardinal, y la luna en este lugar puede ser bastante impetuosa, incluso si el signo solar o el Ascendente fueran más discretos. Por ejemplo, los nativos con esta posición por lo general tienen mucha energía interna. Por lo tanto, la experiencia emocional de la persona tiene tendencia a adquirir relevancia porque tiende a aparecer más, incluso en una posición más íntima como es el arquetipo lunar.

En general, no son tan cuidadosos o tranquilos cuando tienen que lidiar con sus propios sentimientos. De hecho, nuevos sentimientos tienden a aumentar el deseo de actividad, ya que necesitan expresarse por medio de acciones, sin tiempo que perder. Puede ser demasiado para estas personas esperar cosas a largo plazo o esperar que las cosas sucedan lentamente porque su sistema de confort y recompensa tiende a funcionar a una velocidad más intensa.

Pueden tener un aspecto inconfundible de independencia y tienden a enfrentar sus desafíos emocionales de pecho abierto, pero a pesar de proyectar la fuerza interior, pueden sufrir oscilaciones emocionales muy rápidas.

Se puede decir que, en cierto modo, se acostumbran a los problemas y confrontaciones, ya que esto genera movimiento. Esta posición se aburre con facilidad en entornos que son muy pacíficos, especialmente si el Sol, el Ascendente o Marte están en otro signo de fuego. Sus hogares (especialmente donde vivieron cuando eran niños) a menudo son campos de batalla. Ellos son los que gobiernan (o al menos quieren gobernar), y no son las personas más pacíficas para vivir.

Las pasiones y los deseos intensos...

Quien tiene la Luna en Aries está propenso a tener muchos deseos de corta duración que pueden ser tan poderosos que se convierten en necesidades más instantáneas. En sus relaciones más íntimas, sus intenciones son claras, no tienen la necesidad de juegos emocionales. Pueden ser personas a las que les gusta mandar si no intenta controlar su temperamento, en especial en su juventud, cuando aún no saben cómo manejar sus emociones de manera amplia y experta.

Durante sus muchas emergencias posibles, puede que no se preocupen tanto por las necesidades de los demás, algo que puede atraer dificultades en las relaciones. Su temperamento a veces explosivo también puede asustar o alejar a amigos y socios, ya que la paciencia definitivamente no es tu punto fuerte y si las cosas no salen como quieren, están sujetos a reacciones de temperamento y generalmente no tienen término medio.

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