Casa 7 - Asociaciones y sociedades

La Casa 7, la tercera casa angular de una carta astrológica, es la primera casa por encima del horizonte en el lado oeste, y se conoce comúnmente como la "Casa de las Parejas". Se ocupa de nuestras relaciones serias, de nuestros acuerdos. La cúspide (línea inicial) de la Séptima Casa es la ubicación del llamado "Signo Descendente", es decir, el signo del zodíaco que se estaba poniendo en el horizonte oriental en el momento exacto del nacimiento.

Define las relaciones que mantenemos con cada persona, nuestro compromiso con los demás y cómo vemos la Sociedad. A menudo podemos ver el Sol o el regente del Ascendente posicionado en la séptima casa de personajes famosos.

Este sector se relaciona, por tanto, con las relaciones de mayor complicidad e interdependencia, representa todos los tipos de asociaciones que hacemos durante la vida y habla de nuestra actitud hacia todas las personas que conocemos y con las que tenemos contacto, incluyendo el matrimonio, las relaciones románticas de larga duración, las relaciones de compromiso, las relaciones comerciales, las sociedades, los contratos, las negociaciones, la diplomacia, los acuerdos y los enemigos declarados, aquellos que sabemos quiénes son. En algunos casos, es un espejo de nuestro propio Yo reflejado en otras personas.

Puede estar relacionado con actividades que sólo se pueden hacer juntos, como grupos de música, de teatro, etc. Sin los demás, la interacción, los ensayos y los procesos no tienen lugar. Está relacionado con el concepto de sinergia.

Es la casa de nuestra experiencia a través del "otro" y muestra el tipo de ayuda que dispensamos, intercambiamos, apoyamos y compartimos con el otro. Dependiendo de la configuración astrológica de nuestra Casa 7, podemos ver si cooperaremos en mayor o menor medida en estas variadas asociaciones. También podemos ver cómo percibiremos estas interacciones y nuestra disposición a afrontarlas.

La calidad de esta cooperación y cómo nos relacionamos con los demás puede descubrirse mediante un análisis completo de la dinámica astrológica que se produce al estudiar las luminarias (Sol y Luna) y los astros personales (Mercurio, Venus y Marte) como complemento para observar los componentes contenidos en la séptima casa. Da pistas sobre el tipo de relación que mantenemos con nuestros socios y compañeros más cercanos.

Es en la casa 7 que por primera vez, el Ego, iniciado en la Casa 1 (la casa opuesta, del "Yo") tiene la oportunidad de entregarse a la gran fuerza unificadora de la cooperación, pudiendo visualizar, encontrar y valorar la existencia del "Otro", permitiendo el acto de compartir y comprender.

La séptima casa alude a cómo nos dedicamos al bien común. Es la conciencia social manifestada a través del individuo y de la política. Asimismo, este sector puede convertirse en fuente de tensiones extremas en las que los socios se pelean y se convierten en enemigos, oponentes y la situación camina hacia el divorcio, los litigios y la disolución de empresas.

También muestra lo que nos atrae en los demás, las cualidades que admiramos en las personas, especialmente en aquellas con las que nos relacionamos. Muchas veces, esto se debe a la naturaleza proyectiva. Aquello que no podemos sacar a la luz tan fácilmente, nos atrae en las personas con las que nos relacionamos.

Generalmente, nos relacionamos con los demás con el propósito de alcanzar algún objetivo concreto. En este caso, la claridad de los roles sociales o de la relación entre dos personas es fundamental para evitar rupturas.

Pero con esto viene el reconocimiento de que cuando cooperamos, interactuamos, hacemos asociaciones y ayudamos a la gente, también nos ayudamos a nosotros mismos. A través de las asociaciones que hacemos, tenemos la noción de que no es posible vivir solo o progresar durante mucho tiempo solo, sin la ayuda de nadie. La suma de las partes genera más valor que las partes por separado cuando funciona bien.

Manteniendo contactos y estableciendo acuerdos y asociaciones cumplimos parte de nuestra esencia. Es a través de nuestros socios como trabajamos, jugamos, amamos, creamos, aprendemos, ayudamos, completamos y somos completados. Trabajando juntos, con nuestras diferentes habilidades, ganamos fuerza adicional y características que son imposibles de alcanzar individualmente.

La forma en que nos relacionamos con los demás ayudará a definirnos como seres humanos y reflejará nuestros anhelos.

La delineación de la carta astral de la séptima casa suscita preguntas como: "¿Por qué elegimos a menudo este o aquel tipo de pareja(s)?", "¿Es por amor, dinero, razones prácticas o consideraciones sociales?", "¿Qué tipo de relación atraigo?", "¿Por qué no consigo establecer relaciones de pareja duraderas o significativas?", etc.

Los vínculos que formamos a lo largo de la vida pueden enseñarnos mucho y un análisis completo de la casa 7 puede revelar la calidad de nuestras asociaciones y cómo podemos hacer que mejoren nuestra vida, haciéndola más rica, más plena, mejor y lo más especial posible. Con ello, ganamos la posibilidad de hacer lo mismo por la vida del otro.

La casa 7 tiene algunas características que se asemejan al signo de Libra y al planeta Venus.

Relaciones serias

Mientras que la quinta casa rige las relaciones efímeras más casuales, la séptima se ocupa de nuestras asociaciones más serias, como matrimonios, sociedades y acuerdos a largo plazo, ya sea en el amor o en los negocios. La séptima casa rige todas las asociaciones oficiales, así como los enfrentamientos derivados de estas asociaciones, incluidos los litigios, como ya hemos comentado.

De forma incluso antagónica, por extraño que pueda parecer, la séptima casa también se ocupa de nuestros "enemigos declarados", las personas que podemos identificar más claramente como nuestros adversarios. Al fin y al cabo, el amor y el odio son emociones polarizadas, pero los opuestos se tocan en algún nivel.

Estos estados pueden surgir de forma natural en relaciones muy íntimas, de complicidad y asociaciones en las que los compañeros pueden complicarnos la vida y viceversa. Del mismo modo, de esta cercanía puede surgir un conocimiento tan real y repetitivo que el otro se convierte en un espejo de nosotros mismos denunciándonos todo el tiempo. Así, pueden oponerse a lo que decimos precisamente porque nos conocen demasiado bien.

La casa 7 también indica qué tipo de cualidades buscamos en una pareja, nuestro modelo de "pareja perfecta", nuestras fantasías de plenitud y las personas que trabajan juntas para hacer grandes cosas, como empresas o familias enteras, por ejemplo.

Al ser el escenario de nuestros vínculos más fuertes, ya sean románticos, sociales o políticos, implica uniones que están juntas tanto en el placer como en el dolor, en la victoria y en la derrota, en la paz y en la guerra, ligadas a esa famosa frase de "en la salud y en la enfermedad".

Hacer frente a enfrentamientos y enemistades

Por mucho que proyectemos nuestras idealizaciones y expectativas en los demás, pueden surgir crisis y realidades contrarias a las expectativas a través de comportamientos como traiciones, insultos, enfrentamientos, desacuerdos o desafíos. Todas las asociaciones y contactos están sujetos a esto durante la vida. De este modo, la confrontación es inevitable y, por lo tanto, la casa VII se refiere a las confrontaciones directas y a las asociaciones al mismo tiempo.

La séptima casa se ocupa de los vínculos con aquellos que discrepan abiertamente de nuestra personalidad, ideas, acciones, ideologías o elecciones, siendo éstos los enemigos conocidos y directos, aquellos con potencial para entrar en conflicto.

Las tensiones que se producen dentro de nuestras relaciones de pareja también sirven para enseñarnos lecciones, dándonos más experiencia. Por lo tanto, la casa 7 también se ocupa del lado más tenso de nuestras relaciones, como en las acciones de divorcio, los pleitos y los tratados no resueltos. Es en la casa VII donde podemos detectar cuáles son nuestros fallos políticos, aquellos que pueden llevarnos incluso a guerras y crisis graves.

La casa 7 de un político, por ejemplo, se refiere al partido. De ahí surgen los apoyos, así como el llamado "fuego amigo", las disputas internas, para ascender y capitalizarse políticamente.

Muchas veces encontramos o proyectamos en otras personas características y defectos que no podemos ver en nosotros mismos. Esto es lo que generalmente crea enemistades y enfrentamientos. Del mismo modo, podemos buscar en el signo opuesto a nuestro ascendente (quiénes somos) el concepto de quiénes son los demás.

De este modo, podemos tener la sensación de que la persona con la que estamos casados, por ejemplo, puede ser confusa, sensible y estar un poco perdida, si tenemos el ascendente en Virgo (constante, racional, organizado, etc.).

La casa 7 representa al "Otro", tanto en el sentido de complementariedad como en el de confrontación, como las rupturas de contratos por posiciones divergentes y las disputas oficiales.

Cuando nos relacionamos con la gente, se produce un intercambio. Damos, recibimos y acordamos unas reglas básicas para que no haya conflictos, aunque a veces algunos son inevitables hasta que encontramos alguna solución legal, familiar o de preferencia política.

Interpretaciones adicionales

Para interpretaciones más allá de la carta natal, como en la astrología horaria y mundana que busca respuestas a eventos, lugares, gobiernos o situaciones específicas, la casa 7 significa básicamente negocios realizados con extranjeros, relaciones con otros países -amistosas u hostiles, políticas o comerciales-, matrimonios, divorcios, litigios y asuntos diplomáticos en general, así como las organizaciones con las que estamos asociados, como el Mercosur, la ONU, los Derechos Humanos, el consejo de seguridad, etc.

La influencia de los astros ubicados en la Casa 7 de la Carta Natal

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